En el marco del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, el programa “Salud Casa por Casa” avanza como una de las principales estrategias en salud pública para garantizar el derecho a la atención médica de adultos mayores y personas con discapacidad. Con una inversión inicial de 5 mil millones de pesos y la participación de casi 20 mil profesionales de la salud, esta iniciativa busca convertir al censo nacional en un instrumento clave para la prevención, seguimiento y mejora integral del bienestar de la población más vulnerable del país.
Una estrategia integral con alcance nacional
Durante la conferencia matutina del Ejecutivo, la secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel, detalló que el Censo de Salud y Bienestar ya ha alcanzado a 8.7 millones de personas, priorizando a adultos mayores y ciudadanos con alguna discapacidad. Esta cobertura inicial marca un hito en los esfuerzos de salud pública al integrar información médica, social y demográfica en una sola herramienta de análisis para la gestión territorial del riesgo en salud.
Los datos recolectados incluyen historial médico, esquemas de vacunación, estado emocional, enfermedades crónicas, alimentación, tipo de discapacidad, condiciones de vivienda, nivel educativo y situación económica, entre otros. Según Montiel, “este cuestionario es muy completo y nos está dando información importante de nuestros derechohabientes”, lo que permitirá clasificar a las personas por niveles de riesgo y asignar rutas diferenciadas de atención.
Atención médica continua y protocolizada
El modelo implementado no se limita al diagnóstico. La visita domiciliaria incluye una historia clínica completa, exploración física, tamizajes (como glucosa) y clasificación del riesgo clínico. El personal médico y de enfermería, capacitado antes y después del trabajo de campo, será el mismo durante todo el proceso, garantizando continuidad asistencial y confianza entre profesionales y pacientes.
Los 19,915 profesionales desplegados incluyen 2,260 médicos y 17,655 enfermeras, encargados de realizar las visitas a lo largo del país. En zonas remotas, donde no se cuenta con personal suficiente, el gobierno ha previsto la creación de brigadas móviles de salud, con el objetivo de asegurar la cobertura efectiva sin importar la ubicación geográfica.

Cada trabajador de salud cuenta con un maletín clínico portátil que incluye una tableta electrónica para registrar los expedientes, equipos de diagnóstico como termómetro, estetoscopio, baumanómetro, lámpara de evaluación, gel antibacterial, jabón y material estéril, así como herramientas para derivación en casos de urgencia.
Un modelo preventivo con enfoque social
La presidenta Sheinbaum subrayó que este programa tiene el potencial de convertirse en “el más importante del mundo en prevención de salud”, por su enfoque integral, su escala nacional y la articulación entre salud y política social. A diferencia de otros modelos enfocados exclusivamente en curación, “Salud Casa por Casa” parte de la identificación de determinantes sociales de la salud y propone una intervención estructurada en el primer nivel de atención, con seguimiento constante y basado en evidencia.
El diseño del programa reconoce que la salud está fuertemente influenciada por factores como el ingreso, la educación, el aislamiento social o la discapacidad, por lo que su abordaje requiere una visión interdisciplinaria. En ese sentido, el cuestionario del censo permite construir un mapa de riesgos sanitarios y sociales que podrá ser utilizado para diseñar políticas públicas de mayor precisión.
Desafíos y sostenibilidad
Si bien los avances son significativos, el reto principal será asegurar la sostenibilidad operativa y financiera del programa, así como la interoperabilidad de los datos con otras plataformas del sistema de salud mexicano, como el expediente clínico electrónico y los sistemas de vigilancia epidemiológica. También será clave fortalecer los mecanismos de evaluación del impacto en salud, reducción de hospitalizaciones evitables y mejora en la calidad de vida de la población atendida.
El programa ya ha sido destacado por su enfoque preventivo, personalizado y territorial, y representa un paso firme hacia un sistema de salud más equitativo, especialmente para los sectores históricamente excluidos. Para médicos, administradores de clínicas y actores del sector salud, este modelo puede ofrecer valiosas lecciones sobre cómo integrar la atención domiciliaria con los objetivos de salud pública a gran escala.