PUBLICADO: mayo 19, 2025 | 10:54 am

Día Mundial de la Hipertensión: el “asesino silencioso” que afecta a 40 millones de mexicanos

Día Mundial de la Hipertensión: el “asesino silencioso” que afecta a 40 millones de mexicanos

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Cada 17 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Hipertensión, una fecha promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y diversas instituciones de salud globales para generar conciencia sobre esta enfermedad crónica que, sin mostrar síntomas en muchos casos, puede derivar en complicaciones graves o incluso la muerte. En México, el panorama es preocupante: la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2022 indica que tres de cada cinco adultos desconocen que tienen hipertensión.

De acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Salud, esta condición afecta a aproximadamente 40 millones de personas en el país, y se está manifestando cada vez a edades más tempranas, con casos detectados desde los 30 años. Esta tendencia se relaciona directamente con factores como el sedentarismo, el consumo de alimentos procesados ricos en sodio y un estilo de vida cada vez más estresante y desregulado.

¿Qué es la hipertensión y por qué es tan peligrosa?

La hipertensión arterial se define como una elevación sostenida de la presión con la que la sangre circula por las arterias. Según la American Heart Association (AHA) y la OMS, se considera normal una presión menor a 120/80 mmHg. Valores por encima de 140/90 mmHg indican una hipertensión en etapa 2, mientras que cifras superiores a 180/120 mmHg corresponden a una crisis hipertensiva, que requiere atención médica inmediata.

Esta condición es conocida como el “asesino silencioso”, ya que puede transcurrir sin síntomas durante años, hasta que genera daño severo en órganos vitales. Las consecuencias más comunes incluyen:

  • Cerebro: accidentes cerebrovasculares y demencia vascular.
  • Corazón: infartos, insuficiencia cardíaca y crecimiento ventricular.
  • Riñones: insuficiencia renal crónica.
  • Vasos sanguíneos: aneurismas y aterosclerosis.
  • Ojos: retinopatía hipertensiva y pérdida de visión.

Desafíos en el diagnóstico y la adherencia al tratamiento

Uno de los principales retos del sistema de salud frente a esta enfermedad es su carácter asintomático. De acuerdo con especialistas, hasta el 50% de las personas que la padecen no lo saben. A esto se suma una baja adherencia al tratamiento: muchos pacientes abandonan los medicamentos cuando no experimentan síntomas o sienten mejoría subjetiva.

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Los problemas de acceso a servicios de salud, medicamentos antihipertensivos y alimentos saludables afectan especialmente a las comunidades rurales y marginadas, donde los índices de control de la enfermedad son más bajos.

Factores de riesgo y estilo de vida

Los determinantes de la hipertensión están profundamente vinculados al estilo de vida. Los principales factores de riesgo son:

  • Consumo excesivo de sal, grasas saturadas y azúcares.
  • Sedentarismo.
  • Tabaquismo.
  • Consumo elevado de alcohol.
  • Estrés crónico.
  • Uso de fármacos como esteroides o drogas como la cocaína.

A esto se suman predisposiciones genéticas, enfermedades crónicas preexistentes y condiciones sociales que limitan el autocuidado.

Iniciativas globales: la estrategia HEARTS

Para contrarrestar esta crisis sanitaria, la OMS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos lanzaron en 2016 la iniciativa Global Hearts, cuyo objetivo es reducir en un 25% la prevalencia global de hipertensión para 2025. Esta estrategia comprende cinco pilares:

  1. HEARTS: manejo del riesgo cardiovascular.
  2. MPOWER: control del tabaquismo.
  3. ACTIVE: promoción de la actividad física.
  4. SHAKE: reducción del consumo de sal.
  5. REPLACE: eliminación de grasas trans.

Estas herramientas buscan fortalecer la atención primaria, aumentar la detección temprana y mejorar el acceso a tratamiento, particularmente en países con altos niveles de enfermedad cardiovascular.

Prevención y control: acciones clave recomendadas por la OMS

La prevención de la hipertensión requiere un enfoque multisectorial y sostenido. La OMS recomienda:

  • Reducir la ingesta de sal a menos de 5 gramos diarios.
  • Seguir una dieta balanceada rica en frutas, verduras, legumbres y cereales integrales.
  • Realizar al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico moderado por semana.
  • Evitar el consumo de tabaco y alcohol.
  • Mantener un peso corporal saludable.
  • Controlar el estrés con apoyo psicológico y cambios conductuales.
  • Medir la presión arterial de forma periódica y sistemática.

Proyecciones demográficas y necesidad de políticas públicas robustas

Con el envejecimiento progresivo de la población, México enfrentará un crecimiento acelerado en la carga de enfermedades crónicas como la hipertensión. De acuerdo con proyecciones oficiales, en tres décadas la mayoría de la población será mayor de 60 años, lo que incrementará exponencialmente los casos y complicaciones asociadas si no se actúa con urgencia.

Esto exige políticas públicas sólidas centradas en la prevención desde edades tempranas, el fortalecimiento del primer nivel de atención y el acceso garantizado a medicamentos esenciales.

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