Con la firma del decreto presidencial que formaliza la incorporación del Programa IMSS Bienestar al Régimen Ordinario del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el gobierno federal consolida uno de los movimientos institucionales más significativos de las últimas décadas en el sistema de salud mexicano. La medida, anunciada por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y explicada por el director del IMSS, Zoé Robledo, busca ampliar la cobertura, mejorar el acceso a servicios especializados y garantizar la continuidad en la atención médica a más de 10 millones de personas, particularmente en comunidades rurales y zonas de alta marginación.
La #MañaneraEnBreve de la presidenta @Claudiashein:
— Gobierno de México (@GobiernoMX) July 2, 2025
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🏥 Decreto: IMSS Coplamar se incorpora a IMSS
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📆 Calendario de pagos Programas para el Bienestar. pic.twitter.com/ZWlwYIL5wB
El Programa IMSS Bienestar tiene sus raíces en el IMSS Coplamar, creado en 1973 como un mecanismo para llevar servicios médicos a regiones agrícolas y rurales con bajo acceso a salud. A lo largo de más de cuatro décadas, esta estrategia se ha consolidado como un modelo de atención primaria con enfoque comunitario, particularmente en contextos indígenas y zonas de pobreza estructural.
En palabras de Zoé Robledo, este programa “ha sido un ejemplo de solidaridad social”, destacando el papel de su personal en la construcción de un sistema cercano, culturalmente competente y comprometido con el bienestar colectivo. Actualmente, más de 28 mil trabajadores de la salud, incluidos médicos, enfermeras, paramédicos, promotores comunitarios y personal operativo, integran esta red, muchos de ellos bilingües en lenguas indígenas.
Un paso hacia la universalidad: ¿qué implica la integración al Régimen Ordinario?
La firma del decreto presidencial, formalizada por la presidenta Sheinbaum el pasado 1 de julio de 2025, representa un cambio estructural que eleva al Programa IMSS Bienestar a una nueva categoría institucional. Al integrarlo al Régimen Ordinario, se busca asegurar la regularización de procesos administrativos, ampliar la oferta de especialidades, y garantizar la sostenibilidad financiera y operativa del modelo.
Según datos oficiales, el IMSS absorberá 81 hospitales de segundo nivel y más de 2.100 Unidades Médicas Rurales (UMR) distribuidas en 19 entidades federativas, lo que representa:

- 2.730 camas hospitalarias
- 93 quirófanos
- 1.098 consultorios de especialidad
Estos espacios se suman a la red del Seguro Social para ofrecer atención no solo a personas sin seguridad social, sino también a derechohabientes en zonas donde el empleo formal ha crecido, permitiendo un uso más eficiente de la infraestructura ya instalada.
Nuevas especialidades y continuidad operativa
El fortalecimiento del programa contempla la inclusión de especialidades clave como Otorrinolaringología, Traumatología y Ortopedia, y Oftalmología, ampliando la cartera de servicios disponible en regiones donde históricamente ha habido déficit de atención especializada.
La red de primer nivel se mantendrá activa en tareas críticas como consulta general, vacunación, control de enfermedades crónicas, salud materno-infantil y detección de cáncer en mujeres. Además, se continuará fortaleciendo la estrategia comunitaria mediante los Centros de Atención Rural al Adolescente (CARA) y las brigadas móviles que atienden a poblaciones de difícil acceso.
Impacto demográfico y equidad territorial
La medida beneficiará de forma directa a más de 10 millones de personas, especialmente en zonas con menor densidad de servicios médicos. De este total, un número creciente corresponde también a personas con seguridad social, lo que subraya la necesidad de una infraestructura capaz de atender de manera integrada y no fragmentada las necesidades sanitarias.
Robledo enfatizó que “se seguirá atendiendo a la población que no tiene seguridad social en estos lugares, la atención será regular”, y que se aprovechará la presencia ya consolidada del programa en 16 de los 19 estados involucrados en la transición.
Retos de implementación y sostenibilidad
Aunque la decisión representa un avance estratégico, su ejecución plantea desafíos operativos y financieros que deberán ser atendidos para evitar disrupciones en la atención. La integración de sistemas administrativos, recursos humanos, esquemas de financiamiento y mecanismos de control de calidad será clave para el éxito del proceso.
Asimismo, será necesario establecer protocolos claros de atención entre población con y sin seguridad social, evitar duplicidades y garantizar que la ampliación de cobertura no afecte la calidad ni genere tensiones internas en el IMSS.
La incorporación del Programa IMSS Bienestar al Régimen Ordinario del Seguro Social representa un hito en la historia del sistema de salud mexicano. Más allá del acto administrativo, implica reconocer el valor de un modelo que durante 50 años ha garantizado atención médica donde otras instancias no llegaban, y dotarlo de herramientas para crecer en calidad, eficiencia y equidad.
Este paso se inscribe en la visión de la administración de Claudia Sheinbaum de fortalecer los servicios públicos en salud como pilar de desarrollo y justicia social, con énfasis en la atención territorial, la integración institucional y la garantía del derecho a la salud para todos.