Los programas de salud mundial han dependido históricamente del financiamiento estadounidense, particularmente en el control del VIH, la malaria y la tuberculosis. Según el estudio realizado por el Centro de Modelado y Análisis de Estados Unidos en conjunto con Stop TB Partnership de Suiza, la abrupta reducción de fondos en 2025 provocó la suspensión de múltiples programas, afectando de manera directa el diagnóstico, tratamiento y prevención de la TB.
En 2024, Estados Unidos aportó más del 55 % de todos los fondos externos disponibles para la tuberculosis. La interrupción repentina de la financiación de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) dejó a millones de pacientes sin acceso a servicios esenciales, al tiempo que detuvo investigaciones estratégicas para el desarrollo de nuevos fármacos, vacunas y diagnósticos.
“Los recortes de financiación a los programas de tuberculosis de USAID están causando importantes perturbaciones en áreas críticas como el diagnóstico y el tratamiento de la tuberculosis común y resistente a los medicamentos, la atención de las personas con coinfección tuberculosis-VIH y la prevención de nuevas infecciones”, concluye el informe.
Proyecciones en escenarios de interrupción del financiamiento
El estudio analizó 26 países que concentran el 80 % de los casos mundiales de tuberculosis, utilizando modelos matemáticos para estimar el impacto de tres posibles escenarios de recuperación de los servicios interrumpidos:
- Escenario de impacto mínimo (S1): recuperación en tres meses. Proyección de 634.700 casos adicionales y cerca de 100.000 muertes.
- Escenario de impacto moderado (S2): recuperación en un año. Se proyectan 1,66 millones de casos nuevos y 268.600 muertes.
- Escenario de peor caso (S3): sin recuperación de la cobertura, manteniéndose los niveles reducidos tras 90 días de interrupción. Proyección de 10,6 millones de casos adicionales y 2,24 millones de muertes.
Un análisis de sensibilidad del mismo estudio reveló que incluso si solo la mitad de los recortes impactaran directamente en los servicios de TB, las consecuencias seguirían siendo alarmantes: hasta 884.000 muertes adicionales en el peor escenario.
Consecuencias sanitarias y sociales
La tuberculosis, causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más mortales a nivel mundial, a pesar de ser prevenible y tratable. La OMS ha advertido que el retroceso en la cobertura de programas de TB no solo compromete la salud pública, sino que también amenaza con aumentar la resistencia a los medicamentos, complicando aún más los esfuerzos por erradicar la enfermedad hacia 2030.
Además, la interrupción de la atención afecta de forma particular a las poblaciones vulnerables y a los pacientes coinfectados con VIH, quienes requieren tratamientos complejos y seguimiento constante. El cierre de programas en regiones con alta incidencia de TB limita el acceso a terapias esenciales, incrementa la transmisión comunitaria y expone a los sistemas de salud a una presión insostenible.
Un llamado urgente a alternativas de financiamiento
Los autores del estudio advierten que, aunque algunos países podrían generar estrategias de adaptación para suplir parcialmente la falta de apoyo estadounidense, la magnitud de la brecha financiera requiere soluciones inmediatas.
“Instamos a encontrar financiación alternativa urgente para sostener los esfuerzos cruciales de prevención y tratamiento de la tuberculosis”, señalaron los investigadores, quienes recalcan que el éxito del Plan Mundial para Erradicar la Tuberculosis para 2030 depende de mantener y expandir los recursos actuales.
La comunidad internacional enfrenta así el reto de movilizar fondos de organismos multilaterales, donantes privados y gobiernos nacionales para evitar una crisis sanitaria de mayores proporciones.