La Secretaría de Salud de México dio inicio a la Campaña Nacional de Vacunación Invernal 2025-2026, que aplicará vacunas gratuitas y actualizadas contra el COVID-19 (variante LP.8.1) y la influenza estacional. El operativo, que busca inmunizar a más de 35 millones de personas, prioriza a adultos mayores, pacientes con enfermedades crónicas y personal de salud, en un esfuerzo interinstitucional para reducir hospitalizaciones y complicaciones respiratorias durante la temporada invernal.
Inicio de la campaña y alcance nacional
El titular de la dependencia, David Kershenobich, informó que el programa nacional cuenta con más de 10 millones de vacunas contra el COVID-19 y suficientes dosis de la vacuna tetravalente contra la influenza, con el objetivo de lograr una cobertura mínima del 95% en los grupos prioritarios antes de que finalice la temporada invernal.
La iniciativa involucra la coordinación del IMSS, ISSSTE, IMSS-Bienestar y servicios estatales de salud, garantizando la aplicación gratuita en más de 20.000 unidades médicas y en brigadas móviles que recorrerán comunidades rurales. Según la Secretaría de Salud, este despliegue constituye una de las mayores operaciones logísticas del sector durante 2025.
El programa también responde al repunte de enfermedades respiratorias previsto para el cierre del año, en un contexto donde la co-circulación de virus respiratorios como influenza y SARS-CoV-2 podría elevar las tasas de hospitalización, especialmente en personas vulnerables.
Grupos prioritarios definidos por riesgo clínico
La campaña mantiene como foco principal a los adultos mayores de 60 años, pacientes con enfermedades crónicas (como diabetes, hipertensión, cardiopatías, EPOC o insuficiencia renal), mujeres embarazadas, personal de salud y personas inmunocomprometidas.
De acuerdo con los lineamientos oficiales de la temporada invernal 2025-2026, publicados por la Secretaría de Salud, estos grupos presentan mayor riesgo de complicaciones graves y mortalidad frente a infecciones respiratorias agudas. La evidencia epidemiológica nacional e internacional confirma que los adultos mayores tienen entre 6 y 10 veces más probabilidad de hospitalización por COVID-19 o influenza en comparación con adultos jóvenes, según datos de la OMS y el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
El objetivo central es proteger a la población más vulnerable, reducir la carga hospitalaria y prevenir muertes evitables.
Vacunas actualizadas: tecnología y cepas en uso
Para esta temporada, México emplea las vacunas Moderna (Spikevax LP.8.1) y Pfizer-BioNTech (Comirnaty LP.8.1), ambas aprobadas por la OMS, la FDA y la Cofepris, adaptadas para proteger frente al sublinaje LP.8.1, descendiente del linaje JN.1 y actualmente dominante en el país.
En el caso de la influenza, la vacuna tetravalente inactivada de Sanofi, producida por segundo año consecutivo en territorio nacional, protege contra cuatro cepas:
- A(H1N1): Wisconsin/67/2022
- A(H3N2): District of Columbia/27/2023
- B/Victoria: Austria/1359417/2021
- B/Yamagata: Phuket/3073/2013
Estas formulaciones fueron recomendadas por la Organización Mundial de la Salud y aprobadas por la Cofepris en septiembre de 2025. Según la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), las vacunas LP.8.1 inducen una respuesta inmunitaria de hasta ocho veces superior frente a las variantes previas y mantienen un perfil de seguridad estable, con efectos secundarios leves y transitorios.
Despliegue logístico y desafíos para el sistema de salud
El éxito de la campaña dependerá de la eficiencia en la distribución y la conservación de las vacunas. Las dosis de ARNm requieren cadena de frío estricta, transporte especializado y almacenamiento a temperaturas inferiores a los –20 °C.
La SSA implementó un sistema digital de monitoreo logístico y un esquema de trazabilidad nacional, con apoyo del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece). También se habilitaron módulos itinerantes en zonas rurales y urbanas, orientados a garantizar acceso equitativo y reducir brechas territoriales.
Para los administradores hospitalarios, la prioridad está en la coordinación del personal, la organización de los puntos de vacunación y la vigilancia de posibles efectos adversos, siguiendo los protocolos del Sistema Nacional de Farmacovigilancia.
Cobertura y comunicación pública: dos frentes esenciales
Además de la logística sanitaria, la campaña enfrenta un reto comunicacional. El INSP advierte que la aceptación de los refuerzos COVID-19 en 2024 no superó el 62% de la población objetivo, lo que refleja la necesidad de fortalecer la confianza en las vacunas.
La Secretaría de Salud lanzó una estrategia informativa nacional basada en evidencia científica, con mensajes enfocados en la prevención, la seguridad de los biológicos y la importancia de completar esquemas. También se reforzará la capacitación del personal médico y de enfermería, actores clave en la sensibilización comunitaria.
Los expertos coinciden en que la comunicación clara y coherente será determinante para alcanzar la cobertura deseada. Según la OMS, el impacto de las campañas de vacunación depende tanto de la distribución efectiva como de la percepción pública sobre la seguridad y la utilidad de las vacunas.
Un esfuerzo coordinado para blindar la salud pública
La Campaña Nacional de Vacunación Invernal 2025-2026 representa una respuesta integral del sistema de salud mexicano frente a los riesgos respiratorios estacionales. Al integrar vacunas actualizadas, coordinación interinstitucional y enfoque en los grupos más vulnerables, el Gobierno busca evitar una sobrecarga hospitalaria y reducir la mortalidad asociada a COVID-19 e influenza.
Con esta estrategia, México consolida su compromiso con la prevención, la equidad y la evidencia científica como pilares de su política sanitaria. Para médicos, administradores y autoridades locales, el llamado es claro: reforzar la participación institucional y garantizar que las vacunas lleguen a tiempo a quienes más las necesitan.



