Desde la confirmación del primer caso de sarampión en febrero de 2025, en una comunidad de Chihuahua con baja cobertura de vacunación, el Gobierno de México activó un plan de contención inmediato. La Secretaría de Salud desplegó cercos vacunales alrededor de los casos identificados, aplicando la vacuna a la población residente en un perímetro de 25 manzanas y realizando búsqueda activa de contactos. Estas acciones fueron acompañadas por una vigilancia epidemiológica reforzada, jornadas intensivas de inmunización y la participación de los Consejos Estatales de Vacunación en sesiones permanentes.
De acuerdo con información oficial, hasta el 27 de octubre de 2025 se han aplicado 8 millones 872 mil 358 dosis de vacuna triple viral (SRP) y SR en todo el país. Durante julio, se adquirieron 4.5 millones de dosis de SRP y 1.4 millones de SR adicionales, garantizando así la continuidad de la estrategia. Además, la vacunación se amplió hasta los 49 años de edad, con prioridad para jornaleros agrícolas y trabajadores rurales que se desplazan entre comunidades, un grupo identificado con alto riesgo de exposición.
El brote, aunque de rápida expansión inicial, logró ser contenido gracias a la respuesta oportuna del sistema nacional de salud. Hasta la fecha se registran 5,029 casos confirmados, de los cuales el 88% se concentran en Chihuahua, mientras que otras seis entidades presentan casos activos: Guerrero, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Querétaro y Sinaloa. La letalidad se mantiene baja, un indicador de la efectividad de las medidas de control implementadas.
¿Qué papel desempeñan las acciones interinstitucionales y la cooperación internacional?
La estrategia de contención no se limitó al ámbito nacional. La Secretaría de Salud coordinó una respuesta interinstitucional en la que participan las 32 entidades federativas, junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). El objetivo principal ha sido interrumpir la cadena de transmisión del virus y asegurar que México mantenga su capacidad de respuesta ante posibles rebrotes.
Los Equipos de Respuesta Rápida contra el Sarampión, desplegados en los estados más afectados, han permitido actuar de forma inmediata ante la detección de nuevos casos. Estas brigadas multidisciplinarias realizan visitas domiciliarias, identifican posibles contagios y aplican cercos vacunales para evitar la propagación. El Ministerio de Salud ha destacado que en varias jornadas se han registrado días consecutivos sin nuevos contagios, un indicador positivo en la curva epidemiológica nacional.
El componente comunicacional también ha sido esencial. A través de la Línea de Vacunación 079, la población puede obtener información sobre la vacuna contra el sarampión y ubicar su unidad médica más cercana. Paralelamente, una campaña nacional en radio, televisión, prensa y redes sociales ha reforzado el mensaje de la importancia de la inmunización colectiva como medida de protección social.
El retorno de las Semanas Nacionales de Vacunación fortalece la cobertura sanitaria
En el marco del brote, la Secretaría de Salud retomó las Semanas Nacionales de Vacunación, una estrategia que había sido interrumpida en años recientes. Entre el 26 de abril y el 3 de mayo se realizó la primera jornada del año, seguida por la Semana Nacional de Salud Pública, celebrada del 6 al 13 de septiembre, con el propósito de reforzar los esquemas básicos de vacunación infantil y de adultos.
Durante estas campañas se priorizó la aplicación de la vacuna triple viral (sarampión, rubéola y parotiditis), junto con otros biológicos del esquema nacional. Las acciones incluyeron visitas domiciliarias, puntos móviles de vacunación en zonas rurales y el fortalecimiento de la cadena de frío para garantizar la conservación de los biológicos. Las autoridades sanitarias señalaron que estas medidas buscan recuperar las coberturas vacunales afectadas por la pandemia de COVID-19 y por los movimientos de desinformación antivacunas.
Este esfuerzo de salud pública refleja una política de prevención sostenida, orientada a restaurar la confianza de la ciudadanía en los programas de vacunación. La coordinación con gobiernos estatales y municipales ha sido clave para alcanzar comunidades de difícil acceso y asegurar la equidad sanitaria en todo el territorio.
Impacto sanitario y perspectivas de control del brote
El brote de sarampión de 2025 ha puesto a prueba la capacidad de respuesta epidemiológica del país, pero también ha evidenciado la fortaleza del sistema nacional de inmunización. La combinación de vigilancia activa, cobertura ampliada y comunicación directa con la población ha permitido reducir significativamente la tasa de transmisión. La Secretaría de Salud informó que, en varias regiones, la cadena de contagio ya se encuentra interrumpida.
No obstante, los expertos advierten que el riesgo persiste mientras existan comunidades con baja aceptación vacunal o zonas de difícil acceso geográfico. Por ello, el gobierno federal mantiene su llamado a completar los esquemas y acudir a los centros de salud. “La vacunación es la herramienta más eficaz para prevenir el sarampión y proteger a las familias mexicanas”, enfatizó la dependencia.
El seguimiento epidemiológico continuará durante los próximos meses, con especial atención a los estados con casos activos. De confirmarse la tendencia descendente, México podría restablecer su estatus de eliminación del sarampión, condición que la OPS otorga a los países que interrumpen la transmisión endémica del virus.


