En el marco del Día Mundial de la Enfermedad Vascular Cerebral (EVC), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reforzó su estrategia nacional Código Cerebro, un modelo que estandariza la atención neurológica de urgencias para actuar dentro de la llamada “Hora Dorada”. Con esta iniciativa, el organismo busca reducir la mortalidad y las secuelas de un padecimiento que constituye una de las principales causas de discapacidad y muerte en México y en el mundo.
De acuerdo con la doctora Alejandra Calderón Vallejo, jefa del Servicio de Neurología del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, la rapidez en la atención es esencial: “El objetivo es que cada minuto cuente. Un diagnóstico y tratamiento oportunos pueden salvar la vida y reducir las secuelas. Por eso decimos: Tiempo es cerebro”, enfatizó.
¿Cómo funciona el programa Código Cerebro en la red hospitalaria del IMSS?
Implementado desde 2022, Código Cerebro permite coordinar la respuesta médica desde el primer contacto del paciente con los servicios de urgencias, articulando los tres niveles de atención del IMSS bajo un protocolo único. Su objetivo es asegurar que los equipos clínicos activen de inmediato el código institucional ante los primeros signos de alarma y garanticen un traslado rápido hacia unidades con capacidad resolutiva.
Este modelo estandariza procesos de diagnóstico, imagenología y tratamiento, reduciendo los tiempos críticos que determinan el pronóstico neurológico del paciente. La estrategia también integra un componente de comunicación interhospitalaria para conectar a las unidades de primer y segundo nivel con hospitales de alta especialidad en todo el país.
En el Hospital de Especialidades del CMN Siglo XXI, reconocido como centro de referencia nacional, se han atendido más de 130 pacientes con EVC en lo que va del año, aplicando técnicas de alta complejidad que permiten restablecer el flujo sanguíneo cerebral y mejorar la recuperación funcional.
¿Qué tratamientos de alta especialidad se aplican en casos de Enfermedad Vascular Cerebral?
La atención de un evento vascular cerebral requiere rapidez, precisión diagnóstica y tecnología avanzada. El IMSS ofrece dos procedimientos clave: la fibrinólisis intravenosa y la terapia endovascular.
La fibrinólisis intravenosa consiste en administrar un medicamento trombolítico capaz de disolver el coágulo que bloquea el flujo sanguíneo cerebral. Este tratamiento debe aplicarse dentro de una ventana terapéutica corta, tras una evaluación clínica e imagenológica precisa, ya que no todos los pacientes son candidatos. Su correcta aplicación maximiza beneficios y reduce complicaciones.
La terapia endovascular, por su parte, es un procedimiento mínimamente invasivo similar a un cateterismo. Mediante la introducción de un catéter por la ingle, se accede al vaso obstruido para retirar el coágulo o colocar un stent que restablezca la circulación. Esta técnica se reserva para casos más graves o cuando ha pasado más tiempo desde el inicio de los síntomas, demostrando resultados positivos en la recuperación funcional de los pacientes.
Además, la rehabilitación temprana, iniciada dentro de las primeras 48 horas de hospitalización, es parte integral del protocolo. Busca restaurar la movilidad, el lenguaje y la autonomía, factores determinantes en la calidad de vida postevento.
Prevención y diagnóstico oportuno: pilares del enfoque institucional del IMSS
El 80 % de los casos de EVC son prevenibles mediante el control de factores de riesgo. Por ello, el IMSS ha fortalecido sus campañas de educación en salud enfocadas en la detección temprana de hipertensión arterial, diabetes, obesidad y dislipidemias.
La doctora Calderón Vallejo subrayó la importancia de modificar hábitos de vida: realizar ejercicio por al menos 30 minutos al día, mantener una dieta balanceada, evitar bebidas azucaradas y el tabaquismo, y procurar un descanso adecuado. Estos cambios reducen el riesgo de eventos cerebrovasculares y otras enfermedades cardiovasculares.
La institución también impulsa la identificación comunitaria de los signos de alarma, como desviación facial, debilidad en un brazo o pierna y dificultad para hablar, promoviendo la atención inmediata en servicios de urgencias. “Uno de cada cuatro adultos puede tener un evento de este tipo en su vida. Conocer los signos de alarma y actuar rápido puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, advirtió la especialista.
Un modelo estandarizado para salvar vidas y reducir secuelas
El programa Código Cerebro consolida un modelo de atención integral para la Enfermedad Vascular Cerebral, centrado en la rapidez diagnóstica, la unificación de protocolos y la aplicación de tecnologías de alta especialidad. Su impacto se refleja no solo en la reducción de la mortalidad, sino también en la disminución de la carga de discapacidad a largo plazo.
Desde la perspectiva de gestión hospitalaria y salud pública, esta estrategia representa un avance significativo en la consolidación de redes integradas de atención y en el fortalecimiento de la capacidad resolutiva del sistema. El IMSS, con esta iniciativa, se alinea a los objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para reducir la incidencia y mortalidad de enfermedades no transmisibles en la región. El mensaje institucional es claro, cada minuto cuenta, y la estandarización clínica puede marcar la diferencia entre la vida y la discapacidad permanente.



