La segunda entrega de los “Kits de la Salud” por parte del IMSS Bienestar incluye 9 mil 632 paquetes de medicamentos e insumos médicos que cubrirán las necesidades de 8.342 centros de salud en 23 entidades del país. Según informó el titular de la institución, Alejandro Svarch, la estrategia busca asegurar el abasto mensual completo en todas las unidades, priorizando la atención en comunidades alejadas y de difícil acceso.
El operativo de distribución se realiza mediante las denominadas “Rutas de la Salud”, un sistema integral que organiza el suministro de medicamentos e insumos no desde oficinas centrales, sino directamente desde las comunidades.
“Esta red territorial no se limita a sólo camiones, sino que organiza el abasto desde las comunidades, no desde escritorios. Incluye a todo el personal médico y administrativo del país, quienes se encargan de distribuir los kits. Cada paquete de medicamentos incluye todos los insumos para la salud que requiere una unidad médica por 30 días”, explicó Svarch durante la conferencia matutina presidencial.
El calendario de la segunda entrega se estructuró de la siguiente forma:
- 3 al 5 de septiembre: programación de rutas.
- 18 al 21 de septiembre: embalaje de kits.
- 21 de septiembre: carga de vehículos.
- 22 al 26 de septiembre: distribución en las 1.185 rutas de la salud diseñadas.
Este esquema logístico, detalló el funcionario, busca garantizar que los medicamentos lleguen de manera uniforme y oportuna a todas las unidades médicas.
Medicamentos esenciales y protocolos nacionales – IMSS Bienestar
Uno de los puntos clave de esta estrategia es la adquisición centralizada y racional de medicamentos. Antes de la implementación de este modelo, algunos centros de salud empleaban hasta 17 tratamientos distintos para una misma enfermedad, lo que generaba desigualdad en la atención y fragmentación terapéutica.
Hoy, cada kit mensual contiene 147 medicamentos esenciales, seleccionados con base en la evidencia científica y protocolos nacionales de atención médica. Entre ellos destacan analgésicos, antibióticos y tratamientos para enfermedades crónicas y agudas.
De acuerdo con Svarch, la estandarización responde a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que permite optimizar recursos, reducir duplicidades y fortalecer la calidad del servicio médico.
Cobertura nacional y equidad en el abasto
Los 23 estados donde opera IMSS-Bienestar participan en esta segunda etapa de distribución, con especial énfasis en aquellas localidades más alejadas y de difícil acceso, históricamente afectadas por carencias de insumos. La estrategia, destacó el titular, no solo fortalece el sistema de suministro, sino que también promueve la coordinación entre instituciones públicas para garantizar un acceso equitativo a medicamentos en todo el país.
“Hoy la adquisición de medicamentos se realiza de forma centralizada, racional y uniforme, bajo protocolos nacionales de atención médica y la evidencia científica más actual”, destacó Svarch.
Además de la distribución de medicamentos, el IMSS-Bienestar informó sobre su intervención en la atención a las víctimas del accidente ocurrido en el Puente de la Concordia. En total, 47 personas recibieron atención médica en los hospitales generales Rubén Leñero, Balbuena y Emiliano Zapata.
De ellas, 13 pacientes fueron trasladados a la Unidad Especializada en Atención de Pacientes Quemados del Hospital Rubén Leñero, donde se aplicaron apósitos biológicos para favorecer la cicatrización y regeneración de tejidos.
Un paso hacia la consolidación del modelo de abasto
La entrega de los Kits de la Salud refleja un cambio en la forma en que México organiza la logística sanitaria; de un esquema fragmentado a un modelo centralizado con criterios de equidad, evidencia científica y racionalidad terapéutica.
Para especialistas en administración en salud, este tipo de estrategias representan un avance hacia la consolidación del abasto nacional de medicamentos, siempre y cuando logren sostenerse en el tiempo y garantizar mecanismos de monitoreo, trazabilidad y participación de las comunidades en la supervisión.
En la práctica, este modelo puede contribuir a reducir las brechas de acceso en regiones marginadas y a asegurar que cada paciente reciba los tratamientos necesarios, sin importar su ubicación geográfica.