El programa IMSS COPLAMAR, que ha sido un referente regional en atención primaria con enfoque comunitario, se consolida tras su incorporación al Régimen Ordinario del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Esta decisión, respaldada por el Gobierno Federal, busca garantizar el derecho a la salud en las zonas más remotas y vulnerables del país, manteniendo la esencia de un modelo que ha perdurado por más de cuatro décadas.
Actualmente, este esquema de atención beneficia a 10.8 millones de mexicanos en 19 entidades federativas, de los cuales 3.8 millones habitan en localidades indígenas donde se respetan usos, costumbres y tradiciones, y se promueve la articulación entre medicina tradicional y servicios formales de salud.
Según el doctor Manuel Cervantes Ocampo, titular de la Unidad del Programa IMSS-BIENESTAR, el programa «mantiene su mística y el esquema de acción comunitaria con voluntarios y promotores que vigilan y dan seguimiento a las familias en sus comunidades, a fin de vincularlas a las Unidades Médicas Rurales y otorgar las acciones médicas del Modelo de Atención Primaria a la Salud (MAIS)”.
De la ruralidad al modelo mixto: evolución con pertinencia cultural
Desde su creación en 1979 como IMSS COPLAMAR (Compañía Nacional de Subsistencias Populares y el Consejo Nacional de Población), este modelo ha evolucionado. Si bien nació para atender exclusivamente a zonas rurales, hoy también tiene presencia en entornos urbanos y suburbanos, respondiendo a las nuevas dinámicas demográficas del país.
Ejemplo de ello son hospitales como los de San Quintín (Baja California), Villa Unión (Sinaloa), San Cayetano (Tepic) y Tlaxiaco (Oaxaca), donde ya se atiende a población del Régimen Ordinario. Esta ampliación representa no solo una cobertura territorial mayor, sino también un proceso de integración entre los distintos regímenes del IMSS que favorece la eficiencia operativa y la universalización de la atención.
Servicios con enfoque integral: salud, adolescencia y desarrollo infantil
Uno de los pilares del programa es la atención integral, que abarca desde el desarrollo infantil temprano hasta el acompañamiento en la adolescencia mediante los Centros de Atención Rural al Adolescente (CARA). Estos espacios ofrecen formación sobre salud sexual y reproductiva, prevención del embarazo, uso responsable de métodos anticonceptivos, así como información sobre adicciones y salud mental, con un enfoque de equidad y género.
Estas estrategias están avaladas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y han sido replicadas en contextos similares de América Latina como ejemplo de innovación social aplicada a la salud pública.
De acuerdo con datos oficiales presentados por el doctor Cervantes Ocampo, cada día se otorgan entre 50 y 55 mil consultas, se registran 125 nacimientos y se realizan en promedio 315 cirugías en los hospitales rurales. Esta capacidad operativa se verá reforzada con el traspaso al Régimen Ordinario, que permitirá mejorar la infraestructura, el equipamiento médico y la plantilla laboral de las unidades.
Además, el decreto firmado por la titular del Ejecutivo Federal busca ofrecer certeza laboral a los más de 26 mil trabajadores del programa IMSS COPLAMAR, quienes pasarán a formar parte del personal del IMSS Ordinario, conservando sus derechos y antigüedad.
En sintonía con el Plan Nacional de Desarrollo
El proceso de incorporación de IMSS COPLAMAR al Régimen Ordinario forma parte de una estrategia mayor de salud pública delineada en el Plan Nacional de Desarrollo 2024-2030, impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum, cuyo objetivo es alcanzar la universalización de los servicios de salud.
“Este programa está apoyando la universalización de los servicios de salud que nuestra presidenta, la doctora Claudia Sheinbaum, ha impulsado por medio del Programa Sectorial de Salud”, afirmó Cervantes Ocampo.
El mayor valor del programa, según sus propios gestores, es su ADN comunitario. A través de promotores voluntarios, se ha logrado una vinculación efectiva con las comunidades, basada en la confianza, la cercanía y el respeto intercultural. Este componente no solo se mantendrá, sino que se fortalecerá con el nuevo modelo de gobernanza compartida entre los niveles estatal y federal.
“Que ese ADN que tiene el programa, que es la acción comunitaria, un espíritu de solidaridad y beneficio para mejorar las oportunidades, siga adelante como lo hemos demostrado en 46 años”, concluyó el doctor Cervantes Ocampo.