Durante la presentación del número especial “Preparación ante pandemias en México”, autoridades y especialistas subrayaron la necesidad de construir un sistema de salud robusto, coordinado y capaz de responder eficazmente a futuras emergencias.
El subsecretario de Políticas de Salud y Bienestar Poblacional, Ramiro López Elizalde, afirmó que la pandemia de COVID-19 dejó lecciones profundas que deben transformarse en acción. “La vacunación fue decisiva para reducir la mortalidad, pero la principal lección aprendida es que la primera línea de defensa ante una emergencia pandémica es tener una población saludable”, destacó.
Según López Elizalde, los altos índices de obesidad, sobrepeso y enfermedades crónicas fueron factores determinantes en la mortalidad por COVID-19. Por ello, la prevención, la vigilancia epidemiológica y la atención primaria deben convertirse en pilares estratégicos para garantizar una respuesta efectiva frente a crisis sanitarias futuras.
La publicación, editada por el INSP, propone mecanismos de articulación entre sectores de salud, educación, finanzas y desarrollo social, integrando la evidencia científica con la planeación gubernamental.
Ciencia, gobernanza y acción pública: pilares de la preparación ante pandemias
El director del Instituto Nacional de Salud Pública, Eduardo Lazcano, destacó que la pandemia puso en evidencia la necesidad de transformar el conocimiento científico en decisiones públicas sostenibles.
“La pandemia nos enseñó que la improvisación no puede reemplazar a la ciencia ni la polarización al consenso. Debemos cerrar brechas técnicas, tecnológicas y sociales para garantizar la resiliencia del sistema de salud”, expresó.
Lazcano enfatizó que la respuesta ante futuras emergencias no debe depender únicamente de la reacción del sistema, sino de una estructura preventiva institucionalizada que asegure continuidad, coordinación y capacidad de respuesta.
Por su parte, la fundadora de Blutitude, Mariana Barraza Lloréns, explicó que el número especial propone un marco integral de actuación basado en escenarios de severidad y transmisibilidad media-alta, que permiten anticipar la propagación y establecer mecanismos de respuesta escalonada.
Asimismo, destacó tres ejes transversales del documento:
- Institucionalización de la preparación: creación de protocolos permanentes y mecanismos de evaluación.
- Definición de esquemas de financiamiento sostenibles para enfrentar emergencias sin depender exclusivamente de recursos extraordinarios.
- Fortalecimiento de la gobernanza sanitaria, asegurando coordinación entre los niveles federal, estatal y municipal.
Fortalecer laboratorios, reservas estratégicas y comunicación de riesgos
Entre los temas centrales abordados se encuentran el fortalecimiento de la red de laboratorios de vigilancia epidemiológica, la creación de reservas estratégicas de insumos médicos y equipos de protección personal, y la actualización del marco jurídico para garantizar una comunicación de riesgos más efectiva.
El documento también resalta el papel del Consejo de Salubridad General como órgano rector en la gestión de emergencias sanitarias, promoviendo la coordinación interinstitucional y la toma de decisiones basada en evidencia científica.
En la mesa de análisis, la secretaria del Consejo de Salubridad General, Patricia Clark Peralta, y la directora de la Facultad de Medicina de la UNAM, Ana Carolina Sepúlveda, coincidieron en que la preparación pandémica no es solo una cuestión sanitaria, sino también un tema de seguridad nacional.
Asimismo, el director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud, Miguel Ángel Lezana Fernández, enfatizó la necesidad de reforzar los sistemas de detección temprana y respuesta rápida. Mientras tanto, la investigadora del Centro de Enfermedades Infecciosas del INSP, Celia Mercedes Alpuche Aranda, subrayó la importancia de fortalecer las capacidades de diagnóstico y la cooperación internacional en vigilancia genómica.
Una visión integral: salud, economía y bienestar
La dimensión financiera también ocupó un lugar central en el debate. El titular de la Unidad de Seguros, Pensiones y Seguridad Social de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Héctor Santana Suárez, explicó que la sostenibilidad de la preparación requiere mecanismos presupuestarios flexibles y transparentes, capaces de responder ante emergencias sin desestabilizar las finanzas públicas.
Desde la perspectiva económica, el fortalecimiento de la infraestructura hospitalaria, la investigación científica y la cadena de suministro médico representa una inversión estratégica, no un gasto. Los especialistas coincidieron en que las pandemias generan impactos transversales en la productividad, la educación y la cohesión social, por lo que las políticas de salud pública deben diseñarse con un enfoque intersectorial.
La moderación del evento estuvo a cargo de Teresa Shamah Levy, directora del Centro de Investigación en Evaluación y Encuestas del INSP, quien destacó que la coordinación entre instituciones académicas, gubernamentales y financieras es clave para garantizar la sostenibilidad del modelo.