PUBLICADO: octubre 6, 2025 | 1:11 pm

La inteligencia artificial podría ampliar las brechas laborales en América Latina y México: OIT

La inteligencia artificial redefine las reglas del trabajo a nivel global. Su avance es irreversible, pero sus efectos dependerán de cómo cada nación decida gobernarla.
La inteligencia artificial podría ampliar las brechas laborales en América Latina y México: OIT

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La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtió en su informe “Artificial Intelligence and Jobs: Emerging Policies and Practices for Inclusive Futures” (2025) que la rápida adopción de la inteligencia artificial (IA) está redefiniendo el mercado laboral global, pero con riesgos significativos de ampliar las desigualdades existentes, especialmente en los países en desarrollo.

El estudio, basado en una revisión de más de 80 políticas públicas y prácticas empresariales, sostiene que la IA tiene el potencial de aumentar la productividad, mejorar la eficiencia y generar nuevos tipos de empleo; sin embargo, sin marcos regulatorios sólidos y estrategias inclusivas, también podría agravar la polarización laboral y excluir a millones de trabajadores de baja y media calificación.

Según el informe, el desafío no radica solo en la automatización, sino en la forma en que los gobiernos y las empresas gestionen la transición tecnológica. “El impacto de la IA no será uniforme; los países con mayor inversión en educación, infraestructura digital y políticas laborales activas podrán aprovechar los beneficios, mientras que los rezagados enfrentarán un aumento en la desigualdad y el desempleo estructural”, concluye la OIT.

México y América Latina: oportunidades y vulnerabilidades

Para América Latina, y particularmente para México, el informe resalta una doble realidad. Por un lado, la región tiene una fuerza laboral joven y adaptable, con sectores tecnológicos en expansión; por otro, enfrenta rezagos profundos en capacitación digital, informalidad y acceso a infraestructura tecnológica.

En México, más del 56 % de los trabajadores se encuentran en sectores susceptibles de automatización parcial o total, especialmente en manufactura, servicios administrativos y transporte. Al mismo tiempo, el país carece de políticas de reconversión laboral a gran escala que permitan preparar a la población para la transición digital.

La OIT advierte que, sin una estrategia de capacitación masiva en habilidades digitales, México podría experimentar una exclusión tecnológica prolongada, en la que los beneficios de la IA se concentren en grandes corporaciones y sectores especializados, mientras las micro y pequeñas empresas, que representan más del 90 % del tejido productivo nacional, quedan rezagadas.

El informe también identifica una brecha de género relevante: las mujeres tienen 1,5 veces más probabilidades que los hombres de trabajar en ocupaciones con alto riesgo de automatización, especialmente en labores administrativas y de servicios. Esto podría profundizar la desigualdad laboral si no se promueven políticas de equidad digital y programas de reentrenamiento con enfoque de género.

Políticas emergentes y modelos de referencia

A nivel global, la OIT destaca una tendencia hacia la adopción de políticas centradas en tres ejes: regulación ética del uso de IA, formación y recualificación de la fuerza laboral, e integración de la tecnología en sectores públicos y privados bajo principios de inclusión.

Entre los modelos exitosos, el informe menciona el programa SkillsFuture de Singapur, que subsidia el aprendizaje permanente de los trabajadores en todas las edades, y el Plan Nacional de IA del Reino Unido, que vincula universidades, industria y gobierno en una agenda común de innovación con impacto social.

En América Latina, el caso más avanzado es el de Chile, con su Política Nacional de Inteligencia Artificial 2021–2030, que prioriza la ética, la transparencia y la educación STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). En contraste, México avanza a un ritmo más lento: aunque ha impulsado iniciativas de digitalización en sectores productivos y educativos, carece de una estrategia nacional de IA con enfoque laboral que oriente el desarrollo de capacidades humanas frente a la automatización.

Impacto en los empleos y la productividad

El informe de la OIT subraya que, a diferencia de revoluciones tecnológicas anteriores, la IA no solo sustituye tareas manuales o rutinarias, sino también cognitivas y de decisión, lo que afecta directamente a ocupaciones profesionales y técnicas.

Las proyecciones del organismo estiman que el 40 % de las tareas actuales podrían automatizarse parcialmente en la próxima década. Sin embargo, también se prevé un aumento en la demanda de empleos vinculados a análisis de datos, ciberseguridad, biotecnología, robótica médica y diseño de algoritmos, siempre que los países logren alinear sus políticas de formación con las necesidades del mercado.

Para México, la OIT plantea la urgencia de vincular la academia con la industria, promoviendo ecosistemas de innovación regionales y alianzas público-privadas que generen empleos de valor agregado. De lo contrario, advierte, la automatización podría reforzar el modelo de mano de obra barata y limitar el desarrollo de capital humano avanzado.

Gobernanza, ética y protección laboral

Un componente clave del informe es la necesidad de gobernanza ética de la inteligencia artificial. La OIT propone que los países adopten marcos normativos que garanticen transparencia en los algoritmos, protección de datos, responsabilidad ante sesgos automatizados y salvaguardas para la privacidad de los trabajadores.

Asimismo, la organización insta a fortalecer la negociación colectiva frente a la digitalización, para que los sindicatos participen en la regulación del trabajo mediado por algoritmos y plataformas digitales. Sin esta participación, existe el riesgo de precarización y pérdida de derechos laborales.

En este sentido, la OIT plantea que el futuro del empleo no debe centrarse únicamente en la eficiencia tecnológica, sino en el equilibrio entre productividad, equidad y bienestar social. La IA no puede considerarse una política industrial aislada, sino un componente transversal del desarrollo humano.

Un llamado a la acción para México y la región

La OIT concluye que el desafío central para América Latina es garantizar una transición digital justa, donde la automatización no reproduzca las desigualdades estructurales existentes. Para lograrlo, recomienda cinco acciones prioritarias:

  1. Invertir en educación digital y formación continua en todos los niveles.
  2. Fomentar alianzas público-privadas que impulsen empleos tecnológicos inclusivos.
  3. Diseñar políticas de protección social adaptadas a nuevas formas de trabajo mediadas por IA.
  4. Regular los algoritmos y garantizar la ética digital en el entorno laboral.
  5. Promover la participación sindical y social en la gobernanza tecnológica.

En el caso mexicano, el informe enfatiza la necesidad de articular una Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial con enfoque laboral, que combine innovación con justicia social. Solo así el país podrá transformar la IA de una amenaza potencial en una oportunidad real de desarrollo humano y equidad.

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