El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha anunciado una propuesta audaz para adquirir 12 hospitales concesionados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Esta medida tiene como objetivo principal optimizar los recursos públicos y garantizar la atención de calidad a todos los ciudadanos mexicanos.
En una conferencia, el mandatario destacó que estos hospitales, construidos por empresas privadas bajo el esquema de asociaciones público-privadas, generan un gasto excesivo para el gobierno, comprometiendo la hacienda pública y afectando directamente la economía del país. Actualmente, el gobierno paga una suma considerable cada año a estas empresas por los servicios de operación, mantenimiento y proveeduría de estos.
Entre los hospitales mencionados se encuentran el General del IMSS de Tapachula en Chiapas, el Hospital de Alta Especialidad de la Secretaría de Salud en Ciudad Victoria, Tamaulipas, y la Clínica Hospital Mérida del ISSSTE. Estos centros médicos son administrados por empresas privadas, mientras que el Estado se encarga de brindar los servicios médicos. Al finalizar los contratos, la propiedad de los activos pasa a ser del Estado.
El presidente López Obrador reveló que la deuda acumulada por estos es de 98 mil millones de pesos, una carga financiera significativa para el país. Por esta razón, su gobierno ha decidido tomar medidas para adquirir estos hospitales y asumir directamente su operación y mantenimiento.
¿Cómo se va a realizar la compra de los 12 hospitales?
Su propuesta consiste en realizar un avalúo de los inmuebles y hacer a los propietarios una oferta para comprarlos. De esta manera, el gobierno mexicano busca poner fin a los contratos perjudiciales y asumir la responsabilidad total de la operación de estos hospitales, garantizando así una atención médica de calidad y eficiente para todos los ciudadanos.

Además de los hospitales ya mencionados, también se están evaluando otros centros médicos para su posible adquisición. Entre ellos se encuentran el Hospital General de Tepic, el Hospital General de la Ciudad de México y la Clínica Hospital Mérida. Estos representan una carga financiera significativa para el ISSSTE, con costos anuales que oscilan entre los 304 y los 1,476 millones de pesos mexicanos.
También destacó que en el pasado se presentaba una estructura viciada de «clientelismo», «ilegitimidad» y «favoritismos en la adquisición de fármacos e insumos médicos». Estas prácticas privilegiaban selectamente a ciertos actores políticos y económicos, en lo que se ha enmarcado como operaciones comerciales ilícitas y antiéticas.
La propuesta de López Obrador ha generado un amplio debate en el país, con opiniones encontradas entre aquellos que consideran que esta medida permitirá un mejor manejo de los recursos públicos y una mayor eficiencia en la atención médica, y aquellos que señalan posibles desafíos y complicaciones en el proceso de adquisición y transición.