En la Primera Cumbre Internacional para la Prevención del Consumo de Fentanilo y Drogas Sintéticas, el Gobierno de México reafirmó su compromiso con la prevención como eje central de una política pública basada en evidencia, corresponsabilidad social y cooperación internacional.
Durante su intervención en la Cumbre Internacional, el secretario de Salud de México, David Kershenobich, enfatizó que la prevención basada en evidencia científica constituye la herramienta más poderosa para enfrentar el crecimiento del consumo de drogas sintéticas, en especial el consumo de fentanilo. En representación de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, el funcionario señaló que el país tiene una “responsabilidad ineludible de generar estrategias sostenidas, intersectoriales y centradas en salud pública”.
La postura oficial rechaza un abordaje punitivo del fenómeno y aboga por acciones integrales que inicien antes del primer contacto con las drogas, involucrando la protección de la infancia, el fortalecimiento familiar y la construcción de entornos seguros y equitativos.
Una campaña nacional con contra el consumo de fentanilo con impacto binacional
Como parte de la política pública, el Gobierno de México impulsa la campaña “Aléjate de las drogas. El fentanilo te mata”, diseñada para crear conciencia colectiva sobre los riesgos de estas sustancias y promover la corresponsabilidad social. Esta campaña ha incluido mensajes audiovisuales en redes sociales, cortometrajes, contenidos educativos y actividades comunitarias, tanto en México como en Estados Unidos.
Uno de los ejes fundamentales de esta estrategia es el fortalecimiento de la Línea de la Vida (800 911 2000), servicio telefónico nacional, gratuito y confidencial, disponible 24/7, que brinda orientación psicológica y contención ante crisis asociadas al consumo. Esta línea se ha convertido en un canal efectivo de primera respuesta para usuarios, familiares y redes comunitarias.
Hacia una prevención moderna: innovación, datos y cooperación internacional
Durante su discurso, Kershenobich planteó que una prevención moderna requiere innovar en las metodologías de detección temprana. Propuso incorporar herramientas como el monitoreo de aguas residuales para identificar patrones de consumo, y la vigilancia clínica en servicios de urgencias, con el objetivo de anticipar focos de riesgo.
Además, destacó la necesidad de fortalecer la cooperación técnica internacional y el intercambio de buenas prácticas entre países. Enfatizó que “la salud pública no conoce fronteras”, y que el combate a las drogas sintéticas debe ser un compromiso compartido con enfoque en dignidad humana y derechos fundamentales.
Reconocimiento internacional a México y colaboración binacional
Durante la cumbre, el CEO de la Organización Mundial por las Familias, José Karim Castro Ortiz, celebró el liderazgo del Gobierno de México y de la presidenta Sheinbaum en la promoción de estrategias preventivas. Resaltó la participación del país como un “punto de inflexión ante una crisis global que afecta a millones de jóvenes y familias”.
Castro Ortiz anunció que su organización ha desplegado acciones binacionales de prevención entre México y Estados Unidos, incluyendo operativos de formación para cuerpos de seguridad, redes comunitarias y herramientas audiovisuales. También informó sobre la producción de un largometraje de sensibilización, concebido como instrumento pedagógico para sumar esfuerzos institucionales, artísticos y sociales. Reiteró su compromiso de trabajar con México en una red fronteriza de prevención.
La participación de México en la Primera Cumbre Internacional para la Prevención del Consumo de Fentanilo deja claro que el país apuesta por un enfoque integral, informado y articulado para frenar el avance de las drogas sintéticas. Lejos de estrategias punitivas, la prevención centrada en la salud mental, la corresponsabilidad social y la innovación tecnológica se convierte en la pieza clave de una política pública contemporánea.
El mensaje es contundente: la prevención es una política de Estado y un imperativo ético para proteger la salud y la vida de las próximas generaciones. La construcción de alianzas internacionales, la participación activa de la sociedad civil y el uso estratégico de la tecnología serán fundamentales para consolidar una respuesta regional robusta, humana y eficaz frente al desafío del fentanilo.
