PUBLICADO: octubre 15, 2025 | 9:57 am

La resistencia a los antibióticos alcanza niveles críticos, según la OMS

Un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que una de cada seis infecciones bacterianas comunes en el mundo ya es resistente a los antibióticos.
La resistencia a los antibióticos alcanza niveles críticos, según la OMS

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El más reciente Informe mundial sobre la vigilancia de la resistencia a los antibióticos 2025 de la OMS presenta un panorama alarmante: en 2023, una de cada seis infecciones bacterianas confirmadas en laboratorio mostró resistencia a los tratamientos convencionales. Los datos, recopilados por más de 100 países a través del Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos y de su Uso (GLASS), evidencian un incremento sostenido del problema entre 2018 y 2023, con aumentos anuales de entre el 5 % y el 15 % en los antibióticos más utilizados.

El informe incluye, por primera vez, estimaciones de resistencia en 22 antibióticos empleados para tratar infecciones urinarias, gastrointestinales, sanguíneas y gonorrea. Entre los ocho patógenos bacterianos más comunes evaluados se encuentran Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae y Neisseria gonorrhoeae, todos asociados con infecciones frecuentes y graves.

“La resistencia a los antimicrobianos va más rápida que los avances en la medicina moderna, con la consiguiente amenaza para la salud de las familias en todo el mundo”, advirtió el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.

Desigualdades regionales y sistemas de salud vulnerables

Las diferencias geográficas son notorias. En la Región de Asia Sudoriental y la del Mediterráneo Oriental, una de cada tres infecciones notificadas fue resistente a los antibióticos, mientras que en África la proporción fue de una por cada cinco. En la Región de las Américas, la OMS estimó que una de cada siete infecciones presenta resistencia, un dato apenas por debajo del promedio mundial.

El informe advierte que el fenómeno es más grave en los lugares donde los sistemas de salud carecen de recursos diagnósticos o capacidad para tratar patógenos resistentes. La falta de infraestructura, de pruebas moleculares rápidas y de acceso a medicamentos adecuados agrava el impacto en los países de ingresos bajos y medianos, donde la resistencia puede pasar inadvertida o mal registrada.

Para enfrentar esta situación, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) coordina la Red Latinoamericana de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos (ReLAVRA+), que fortalece las capacidades de laboratorio, armoniza metodologías y garantiza la comparabilidad de los datos regionales. ReLAVRA+ complementa el trabajo de GLASS, permitiendo que la información generada en las Américas contribuya de forma robusta al análisis global.

Patógenos gramnegativos: la mayor amenaza emergente

El informe destaca que las bacterias gramnegativas farmacorresistentes son las más peligrosas a nivel mundial. En particular, E. coli y K. pneumoniae encabezan la lista de patógenos responsables de infecciones sanguíneas graves que pueden derivar en sepsis o insuficiencia orgánica.

Más del 40 % de las infecciones por E. coli y 55 % por K. pneumoniae son actualmente resistentes a las cefalosporinas de tercera generación, el tratamiento de primera elección para este tipo de infecciones. En África, la resistencia supera el 70 %, lo que refleja la urgencia de medidas de contención y prevención.

La OMS también alerta sobre la pérdida de eficacia de antibióticos considerados esenciales, como los carbapenémicos y las fluoroquinolonas, frente a patógenos como Salmonella y Acinetobacter. La resistencia a los carbapenémicos, antes infrecuente, está aumentando de manera preocupante, reduciendo las opciones terapéuticas disponibles y obligando al uso de antibióticos de último recurso, muchas veces inaccesibles o demasiado costosos.

Avances en vigilancia de la resistencia a los antibióticos, pero con grandes brechas

Aunque el número de países que participan en el sistema GLASS se cuadruplicó desde 2016, pasando de 25 a 104, casi la mitad no reportó datos en 2023. Además, el 50 % de los países notificantes carecen todavía de sistemas sólidos para generar información confiable sobre la resistencia antimicrobiana (RAM).

Este déficit de datos limita la capacidad para orientar políticas sanitarias y diseñar estrategias efectivas. Los países con mayores dificultades económicas y técnicas son los que menos información pueden producir, perpetuando un círculo de desatención y vulnerabilidad.

En respuesta, la declaración política sobre la RAM adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2024 estableció metas concretas para fortalecer los sistemas de salud bajo el enfoque de “Una sola salud”, que integra los sectores humano, animal y ambiental. Esta estrategia busca una respuesta coordinada y sostenible frente al avance de la resistencia antimicrobiana.

Un llamado urgente a la acción mundial

La OMS insta a todos los países a comunicar datos de calidad sobre la RAM y el uso de antimicrobianos antes de 2030. Este compromiso implica reforzar la calidad, cobertura geográfica e intercambio de información sobre vigilancia, además de promover intervenciones coordinadas a todos los niveles de atención en salud.

Las autoridades sanitarias deberán garantizar que las guías terapéuticas nacionales y las listas de medicamentos esenciales estén actualizadas y adaptadas a los patrones locales de resistencia. Asimismo, el acceso equitativo a medicamentos eficaces, pruebas diagnósticas de calidad y vacunas será determinante para contener la crisis.

“Nuestro futuro depende del fortalecimiento de los sistemas para prevenir, diagnosticar y tratar infecciones, así como de la innovación en antibióticos de nueva generación y pruebas moleculares rápidas”, enfatizó el Dr. Tedros.

El informe incorpora además un tablero digital interactivo del GLASS, que ofrece resúmenes mundiales y regionales, perfiles de países y datos actualizados sobre resistencia y uso de antimicrobianos. Esta herramienta busca facilitar el seguimiento de los progresos y orientar las decisiones políticas y sanitarias a nivel global.

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