El brote de sarampión en Texas ha sido el más severo en Estados Unidos en más de 30 años, evidenciando el impacto de la disminución de las tasas de vacunación infantil. El punto de origen se identificó en el condado de Gaines, al oeste del estado, donde la transmisión comunitaria se intensificó en poblaciones menonitas con coberturas vacunales históricamente bajas.
La situación se propagó rápidamente, afectando a 37 condados texanos y convirtiendo al estado en epicentro nacional. De las 762 personas afectadas, 100 necesitaron hospitalización, mientras que dos menores no vacunados perdieron la vida a inicios de año.
“Antes del brote, la mayoría de los médicos de Texas nunca habían visto un caso de sarampión debido a lo poco común que se ha vuelto”, explicó la comisionada de Salud estatal, Jennifer Shuford, subrayando el bajo riesgo previo de circulación del virus.
Una respuesta sanitaria articulada y eficaz
La contención del brote fue posible gracias a una estrategia combinada de vigilancia, diagnóstico, vacunación, rastreo y educación pública. “Quiero destacar el trabajo incansable de los profesionales de la salud pública en todo el estado que contribuyeron a la contención de uno de los virus más contagiosos”, señaló Shuford en un comunicado oficial.
El último caso confirmado presentó exantema el 1 de julio. Desde entonces, no se han reportado nuevos contagios, lo que permitió a las autoridades estatales aplicar el criterio de 42 días sin casos como referencia epidemiológica para declarar el cierre del brote.
A pesar del éxito, las autoridades advierten que el riesgo de reemergencia persiste, dado el contexto internacional y la movilidad transfronteriza.
Expansión internacional: brote de sarampión en Chihuahua, Ontario y Alberta
El brote de Texas no se limitó a su territorio. Autoridades sanitarias confirmaron conexiones con otros países, como Canadá y México, donde también se han registrado brotes importantes vinculados a casos iniciales relacionados con el condado de Gaines.
En Chihuahua (México), un niño que había visitado Texas fue el caso índice de un brote que actualmente acumula 3.854 contagios y 13 muertes. En Ontario (Canadá), el brote iniciado en octubre de 2024 ha provocado 2.362 casos y una muerte confirmada. En Alberta, 1.762 personas han enfermado a la fecha.
En total, Estados Unidos ha confirmado 1.356 casos de sarampión en lo corrido del año, incluyendo la muerte de un adulto no vacunado en Nuevo México. Al menos 19 estados han enfrentado brotes de distinta magnitud.
Retos persistentes: cobertura vacunal e información pública
El brote pone de manifiesto la vulnerabilidad del sistema de salud frente a enfermedades prevenibles por vacunación cuando las coberturas disminuyen. El aumento de solicitudes de exenciones a la vacunación por motivos personales o religiosos ha sido un factor determinante en el resurgimiento del sarampión.
La vacuna triple viral (sarampión, paperas y rubéola – SPR), obligatoria en la mayoría de los sistemas escolares estadounidenses, continúa siendo la principal barrera de protección. Su cobertura, sin embargo, se ha visto afectada por discursos antivacunas, desinformación y barreras en el acceso.
El caso de Texas subraya la necesidad de reforzar las campañas de inmunización, especialmente en comunidades vulnerables o aisladas, así como fortalecer las capacidades de respuesta rápida ante brotes.