La salud mental laboral se posiciona como el nuevo pilar estratégico de la sostenibilidad corporativa en 2025. Un estudio regional de Mercer Marsh Benefits, que analizó más de 700 organizaciones en Latinoamérica y el Caribe, revela que solo tres de cada diez empresas incluido México gestionan de manera integral el bienestar emocional de sus empleados. El hallazgo cobra especial relevancia en un contexto donde la depresión, la ansiedad y el estrés laboral ya figuran entre las principales causas de incapacidad y pérdida de productividad en la región.
El bienestar emocional, antes considerado un asunto secundario, ha evolucionado hacia un indicador clave de gobernanza y sostenibilidad (ESG). La forma en que las empresas atienden la salud mental de su personal comienza a determinar su reputación, su capacidad de retener talento y su competitividad a largo plazo.
Una radiografía preocupante: políticas reactivas, liderazgo débil y brechas de sostenibilidad
El estudio Redefiniendo la Salud Mental 2025, elaborado por Mercer Marsh Benefits (Marsh McLennan), expone que 79% de las empresas latinoamericanas destinan recursos a programas de salud mental, pero 43% lo hace sin estrategia definida ni indicadores de impacto.
En el caso de México, solo 47% de las organizaciones incorpora la salud mental en su planeación corporativa y 58% la asocia a políticas de sostenibilidad. La brecha es significativa: la mayoría de los programas son aislados, carecen de objetivos medibles y no están conectados con la cultura laboral.

La falta de liderazgo agrava el problema. Solo el 12% de los directivos se involucra activamente en el diseño de estrategias de bienestar emocional, y casi la mitad lo hace únicamente por cumplimiento regulatorio. Esta desconexión entre discurso y acción perpetúa entornos laborales reactivos, donde el burnout, el acoso y el ausentismo se abordan cuando ya se han convertido en crisis.
Además, el 70% de las empresas no cuenta con políticas claras contra la violencia o el estrés laboral, y 9 de cada 10 no disponen de protocolos para la reincorporación de trabajadores con antecedentes de trastornos psicológicos. Este vacío institucional deja a miles de empleados en un limbo entre el estigma y la falta de acompañamiento clínico o emocional.
Del discurso a la acción: la urgencia de una estrategia integral
El informe evidencia que 42% de las empresas no tiene previsto implementar programas de salud mental en el corto plazo, a pesar de reconocer su importancia. Solo una de cada cinco organizaciones ha desarrollado esquemas preventivos, de educación emocional o detección temprana.

El síndrome de burnout, reconocido por la OMS como fenómeno ocupacional, sigue sin ser atendido estructuralmente. La mitad de las compañías no cuenta con acciones específicas para prevenirlo. Aunque el 63% dice tener estrategias de apoyo psicológico, 62% carece de protocolos claros para responder ante crisis emocionales.
Este panorama revela que el bienestar mental continúa gestionándose bajo un enfoque asistencialista, no preventivo. Para Mercer Marsh, el reto está en pasar de “programas de acompañamiento” a modelos de gobernanza emocional, donde la salud mental sea parte del ADN corporativo, con métricas, responsables y presupuesto asignado.
Transformación digital y bienestar: la nueva frontera del cuidado laboral
La digitalización ofrece una oportunidad inédita para integrar la salud mental en los entornos laborales. Sin embargo, menos del 50% de las empresas latinoamericanas utiliza plataformas digitales para educación o tamizaje emocional, y solo 5% aplica inteligencia artificial en la gestión del bienestar.
Aunque 44% evalúa adoptar herramientas tecnológicas, la falta de verificación profesional y control ético limita su efectividad. Mercer Marsh enfatiza que el futuro de la salud mental laboral debe apoyarse en soluciones digitales seguras, auditadas y diseñadas por profesionales acreditados.
En México, donde el trabajo híbrido y remoto sigue expandiéndose, la tecnología puede convertirse en una aliada estratégica para la detección temprana de estrés, fatiga mental y ansiedad, pero solo si se articula con políticas organizacionales sólidas y con liderazgo empático desde la alta dirección.
Panorama en México: salud mental, productividad y un nuevo imperativo empresarial
En 2025, México enfrenta una de sus mayores crisis silenciosas en salud mental laboral. Según la Secretaría de Salud y el INEGI, el 19.8% de la población adulta presenta síntomas de depresión, mientras que uno de cada tres trabajadores reporta altos niveles de estrés.
El Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones (OMSM) estima que el 75% de los mexicanos ha experimentado ansiedad en el último año, y los trastornos emocionales representan más del 12% de las incapacidades laborales registradas ante el IMSS.
Por su parte, la Encuesta Nacional sobre Salud Mental Laboral 2025 de la STPS revela que solo 27% de las empresas mexicanas realiza evaluaciones formales de riesgo psicosocial y menos del 20% cuenta con líneas de apoyo emocional o programas de acompañamiento psicológico.
Estas cifras tienen un impacto directo en la economía: según la OCDE y la OPS, el estrés, la depresión y el ausentismo por causas mentales ya representan hasta el 4% del PIB nacional.
A pesar de ello, la salud mental sigue tratándose en muchas organizaciones como un gasto prescindible, cuando en realidad es una inversión estratégica con retornos medibles en productividad, innovación y retención de talento.
En palabras de expertos consultados por Consultorsalud México, “las empresas que prioricen la mente como activo productivo estarán mejor preparadas para competir en un entorno laboral que exige resiliencia, creatividad y propósito”.
Empresas ante un nuevo imperativo: invertir en salud mental para asegurar su sostenibilidad
El informe de Mercer Marsh Benefits 2025 redefine el paradigma corporativo: la salud mental no es una tendencia, es una obligación estratégica y un componente esencial del valor empresarial.
Las organizaciones que integren políticas de bienestar emocional, liderazgo empático y evaluación de riesgos psicosociales no solo protegerán a su personal, sino que garantizarán la sostenibilidad de su cultura organizacional y su posición en el mercado.
En México y América Latina, el desafío ya no es reconocer la importancia del tema, sino pasar del discurso a la acción. Las empresas que logren convertir el bienestar emocional en una práctica medible, transversal y sostenible estarán liderando la nueva era de la productividad consciente y la responsabilidad empresarial.
Encuentre aquí el estudio completo de Mercer Marsh Benefits 2025: “Redefiniendo la Salud Mental”, con los principales hallazgos para México y Latinoamérica.