PUBLICADO: mayo 2, 2025 | 2:22 pm

Industria farmacéutica responde con cautela a amenaza arancelaria en EE. UU.

Las principales farmacéuticas globales refuerzan su estrategia de manufactura en Estados Unidos frente a la posibilidad de nuevos aranceles sectoriales.
Industria farmacéutica responde con cautela a amenaza arancelaria en EE. UU.

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Pese a los recientes anuncios del presidente Donald Trump sobre la posible imposición de nuevos aranceles a productos importados por razones de seguridad nacional (incluidos eventualmente los farmacéuticos), los ejecutivos de las principales compañías de la industria farmacéutica han expresado confianza en su capacidad de respuesta a corto plazo.

Durante las presentaciones de resultados del primer trimestre de 2025, líderes de firmas como Novartis, Pfizer, Merck, J&J y Lilly comunicaron que sus cadenas de suministro son lo suficientemente robustas y flexibles como para absorber el impacto inicial de estas políticas, incluso si los aranceles entran en vigor este mismo año.

“Creo que hemos tomado las medidas adecuadas con respecto a los niveles de inventario y a la gestión de nuestra cadena de suministro”,

declaró Vas Narasimhan, director ejecutivo de Novartis, el 29 de abril.

Por su parte, el CEO de Pfizer, Albert Bourla, enfatizó que su empresa se encuentra “cautelosamente optimista” y que espera “superar la crisis con éxito”.

Medidas inmediatas: inventarios, relocalización y producción interna

Uno de los mecanismos más citados por los ejecutivos para mitigar el impacto ha sido el incremento de inventarios en territorio estadounidense. Las compañías están importando de forma acelerada la mayor cantidad de insumos y medicamentos posible antes de que entren en vigor los potenciales aranceles.

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“Si las empresas ya cuentan con un año o más de suministro en EE. UU., deberían poder evitar que los aranceles afecten el costo de sus bienes y sus ganancias a corto plazo”, explicó David Risinger, analista de Leerink Partners, en una nota a inversionistas.

Además, varias compañías han comenzado a reconfigurar sus cadenas productivas para cumplir con la estrategia “EE. UU. para EE. UU.”. Desde 2017, tras la promulgación de la Ley de Reducción de Impuestos y Empleos, las farmacéuticas han intensificado sus inversiones en manufactura nacional, estrategia que ahora se ve acelerada.

Inversiones históricas en manufactura de industria farmacéutica

Desde febrero de este año, las grandes farmacéuticas han anunciado más de 170.000 millones de dólares en inversiones en instalaciones de producción en Estados Unidos, destacando:

  • Johnson & Johnson: USD 55.000 millones
  • Roche: USD 50.000 millones
  • Novartis: USD 23.000 millones

“Nuestro objetivo para los próximos años es que el 100 % de nuestros productos clave en Estados Unidos se produzcan íntegramente en ese país”, afirmó Narasimhan, al describir la reestructuración de su cadena de valor.

Estas cifras reflejan no solo una estrategia defensiva frente a políticas arancelarias, sino una reorientación estructural hacia una mayor autonomía productiva en el sector salud.

Costos indirectos y efectos colaterales

A pesar de la capacidad de mitigación, las farmacéuticas también han reconocido costos indirectos derivados de los aranceles ya vigentes para productos no farmacéuticos, como acero, productos químicos y equipos de laboratorio. Estos insumos afectan especialmente las divisiones de dispositivos médicos:

  • J&J: impacto estimado de USD 400 millones
  • Merck: impacto de USD 200 millones
  • Pfizer: impacto de USD 150 millones

Estos valores deben considerarse dentro del contexto de una industria que, si bien resiliente, no es inmune a las distorsiones macroeconómicas derivadas de la política comercial estadounidense.

Debate estratégico: incentivos fiscales vs. aranceles

Aunque las compañías expresan apoyo a la relocalización productiva, varios de sus líderes han manifestado que los aranceles no son la herramienta óptima para lograr este objetivo. Prefieren mecanismos como incentivos fiscales, subsidios o extensiones tributarias.

“No creemos que los aranceles sean el mecanismo adecuado. Mejores incentivos fiscales o la prórroga de la Ley de Reducción de Impuestos y Empleos son mejores herramientas para lograr estos objetivos”, indicó David Ricks, CEO de Lilly.

“Apoyamos los objetivos del gobierno estadounidense de aumentar la inversión nacional”, coincidió Joaquín Duato, director ejecutivo de J&J.

Estas declaraciones refuerzan el mensaje de que la cooperación entre industria y gobierno debe ser estratégica, evitando medidas unilaterales que generen más disrupción que beneficio.

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