En un contexto donde el envejecimiento poblacional y la inclusión de personas con discapacidad son prioridades crecientes en la agenda pública, el Gobierno de México ha impulsado el Programa Salud Casa por Casa a través del Censo Salud y Bienestar, una estrategia que ha alcanzado ya a 7 millones 100 mil 558 adultos mayores y personas con discapacidad en todo el país. La cifra fue confirmada el pasado 17 de marzo de 2025 por la secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel Reyes, durante la conferencia presidencial «Las mañaneras del pueblo», encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
La estrategia, que se ejecuta mediante visitas personalizadas en los hogares de la población objetivo, tiene como propósito recolectar información detallada sobre las condiciones de salud, discapacidad, necesidades de apoyo y entorno social. De acuerdo con Montiel Reyes, los “servidores de la nación” han desplegado un operativo de amplio alcance que permite generar una base de datos confiable y georreferenciada. Las viviendas visitadas ya cuentan con una etiqueta identificadora que certifica la aplicación del Cuestionario de Salud y Bienestar.
“Ya son más de 7 millones de adultos mayores y personas con discapacidad que han sido visitados y visitadas por los servidores de la nación para aplicar el Cuestionario de Salud y Bienestar”, puntualizó la funcionaria, subrayando la importancia de contar con datos directos del territorio para el diseño e implementación de políticas públicas más eficaces.
Dispersión de apoyos sociales: más de 9.4 millones de beneficiarios
Paralelamente, la Secretaría de Bienestar avanza en el proceso de dispersión bancaria de las Pensiones y Programas para el Bienestar correspondientes al bimestre marzo-abril. Hasta la fecha, se han realizado pagos a 9.4 millones de derechohabientes y beneficiarios, incluyendo a personas adultas mayores, personas con discapacidad, mujeres beneficiarias del programa Mujeres Bienestar y niñas y niños hijos de madres trabajadoras.
Este esfuerzo se traduce en una inversión social de 58.5 millones de pesos, que se está distribuyendo directamente a través del Banco del Bienestar. Montiel explicó que los depósitos se realizan conforme al calendario establecido, de acuerdo con la letra inicial del primer apellido de cada derechohabiente. Esta estrategia busca evitar aglomeraciones, optimizar el servicio bancario y garantizar que los recursos lleguen sin intermediarios.
Transparencia y acceso a la información
El calendario oficial de pagos está disponible para consulta en la página web de la Secretaría de Bienestar (gob.mx/bienestar). Adicionalmente, se recuerda a la ciudadanía que, en caso de pérdida o robo de la Tarjeta de Bienestar, los beneficiarios pueden comunicarse al número 800 900 2000 o acudir al Módulo de Bienestar más cercano para solicitar una reposición.
La logística establece que el personal de la Secretaría contactará a cada beneficiario para informarle cuándo puede recoger su nueva tarjeta. Esta medida garantiza un proceso ordenado y seguro, fortaleciendo la confianza ciudadana en la operatividad del programa.
Una política pública con enfoque en equidad e inclusión
El Programa Salud Casa por Casa responde a una lógica de atención primaria en salud, centrada en el hogar y la comunidad. A través del Censo Salud y Bienestar, el Estado mexicano avanza hacia una cobertura universal con enfoque territorial, permitiendo identificar barreras de acceso, riesgos sociosanitarios y condiciones de vida que afectan de manera particular a los adultos mayores y personas con discapacidad.
Este tipo de iniciativas son fundamentales en un país donde, según datos del INEGI, más de 10 millones de personas presentan algún tipo de discapacidad y cerca de 18 millones tienen 60 años o más. Enfrentar los retos de salud crónica, dependencia funcional y desigualdad estructural requiere estrategias integradas que combinen información de campo, participación comunitaria y uso eficiente de los recursos públicos.
Impacto proyectado y sostenibilidad
Aunque aún no se han publicado resultados consolidados del censo, se espera que la información recogida permita actualizar los padrones de beneficiarios, focalizar intervenciones en salud pública, y diseñar programas específicos de atención médica, rehabilitación, acompañamiento psicosocial y acceso a servicios básicos.
La sostenibilidad del modelo dependerá de su capacidad para integrarse con otras bases de datos sectoriales, como las de salud, educación y protección social. Asimismo, será clave fortalecer los mecanismos de retroalimentación, evaluación y monitoreo para asegurar que la información recogida genere acciones concretas en los territorios.
