Con el objetivo de consolidar sistemas de salud más resilientes, equitativos y sostenibles en Centroamérica, México y República Dominicana, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) firmó la nueva Estrategia de Cooperación Subregional 2025-2031. Este acuerdo, alcanzado con la Secretaría Ejecutiva del Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica y República Dominicana (SE-COMISCA) y el Proyecto de Integración y Desarrollo de Mesoamérica, establece prioridades clave frente a los desafíos sanitarios actuales y futuros de la región.
La subregión CAM, que incluye a Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá y República Dominicana, alberga a más de 183 millones de personas, con un 26% de ellas residiendo en zonas rurales y remotas. En este contexto, el director de la OPS, Jarbas Barbosa, resaltó: “La firma de esta estrategia no es un acto simbólico, sino un compromiso renovado para trabajar unidos en favor de la salud y el bienestar de nuestras comunidades”.
Fortalecer la gobernanza y la transformación digital de los sistemas de salud
Uno de los pilares fundamentales de la estrategia es el fortalecimiento del liderazgo y la gobernanza sanitaria en la subregión. Esto implica la armonización de los servicios de salud, el uso de evidencia científica para la toma de decisiones, y la mejora de los sistemas de monitoreo de funciones esenciales de salud pública. Además, se enfatiza la transformación digital de los sistemas de salud, impulsando la interoperabilidad entre plataformas nacionales y regionales.
Estas acciones permitirán mejorar el acceso a servicios esenciales, con calidad y continuidad, además de robustecer las capacidades del talento humano mediante planes de formación técnica alineados con los retos sanitarios actuales, incluyendo la digitalización de los servicios y la vigilancia epidemiológica.
Prevención y control de enfermedades con enfoque intercultural y equitativo
La estrategia establece como segunda área prioritaria el fortalecimiento de las acciones para la prevención, control y eliminación de enfermedades transmisibles y no transmisibles (ENT). Este enfoque se diseñará bajo principios de interculturalidad y justicia social, priorizando a las poblaciones históricamente excluidas y en situación de vulnerabilidad.
Particularmente, se buscará integrar el manejo de ENT como la insuficiencia renal crónica dentro de la atención primaria de salud, reforzar los sistemas de vigilancia epidemiológica, y desarrollar intervenciones adaptadas a las características socioeconómicas, étnicas y culturales de cada país.
Preparación ante emergencias y cambio climático
La tercera línea estratégica promueve una respuesta subregional coordinada ante emergencias sanitarias, desastres naturales y los efectos del cambio climático. La experiencia reciente con la pandemia de COVID-19 y los desastres naturales en la región evidencia la necesidad urgente de contar con mecanismos conjuntos de preparación y respuesta.
Entre las acciones previstas se incluyen el fortalecimiento de los laboratorios nacionales, el desarrollo de capacidades locales para mitigación de riesgos y adaptación climática, así como la creación de protocolos intergubernamentales para la gestión de crisis sanitarias.
Salud para migrantes: acceso equitativo y atención transfronteriza
La cuarta prioridad aborda uno de los desafíos más complejos de la subregión: garantizar el acceso a la salud de las personas en situación de movilidad humana. En respuesta a los crecientes flujos migratorios, se trabajará en la implementación de acuerdos subregionales que permitan ampliar la cobertura de servicios esenciales, mejorar el registro de población migrante y formar al personal sanitario en competencias culturales y lingüísticas pertinentes.
Esta línea estratégica se orienta a garantizar que los sistemas de salud respondan de forma efectiva a las necesidades de salud física, mental y social de las personas migrantes, sin importar su estatus migratorio.
Compromiso regional para cerrar brechas sanitarias
Durante la firma, la secretaria ejecutiva de COMISCA, Alejandra Acuña, afirmó: “Este acuerdo es un bien público regional y un pilar del desarrollo sostenible”. Por su parte, el director ejecutivo del Proyecto de Integración y Desarrollo de Mesoamérica, Roberto Carlos Salazar, subrayó que la estrategia representa una oportunidad concreta para cerrar brechas y “promover una vida digna para todas nuestras comunidades”.
La Estrategia de Cooperación Subregional 2025-2031 se alinea con los planes globales de la OMS y las metas de desarrollo sostenible (ODS), especialmente con el ODS 3, que busca garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.
